Sin duda, la realidad del mercado laboral nada tiene que ver con la experiencia académica. A punto de graduarse, los alumnos del Instituto Nebrija de FP son conscientes de que ese primer trabajo será la oportunidad para demostrar la formación que han adquirido y el momento de llevarlos a la práctica. Los estudios del grado superior de FP incluyen un módulo profesional de formación en centros de trabajo (FCT). Son prácticas en empresas que deben realizar obligatoriamente para para obtener el título correspondiente. Consideradas una asignatura más, ofrecen al alumnado la oportunidad de vivir su primera inmersión laboral.
Este año, dos de nuestros estudiantes de Administración y Finanzas, Diego Medrano y Sergio Puras, han trabajado como becarios en Atisa, una empresa que nació hace 40 años con una clara vocación de servicio al cliente. “Este tiempo de prácticas se me ha hecho muy corto, me quedo con los compañeros que he conocido y con la cantidad de conocimientos que hemos adquirido en poco tiempo. Puedes ver y aplicar todo lo que has aprendido en el instituto”, señala Diego Medrano. Para Sergio Puras lo más importante que se lleva de Atisa es el “aprendizaje del trabajo en equipo”, que es toda una seña de identidad de la empresa.
Proceso de selección exigente
Desde aquel pequeño despacho de Torrejón de Ardoz en el que se reunieron cinco jóvenes hasta hoy Atisa ha crecido conectando las mejores soluciones de Consultoría, Outsourcing de Recursos Humanos, Outsourcing Financiero, Derecho y Servicios de IT. Hoy entre sus paredes trabajan más de 200 personas con perfiles multidisciplinares, capaces de aportar valor a través de las mejores soluciones de consultoría y externalización de procesos de negocio.
Diego Medrano y Sergio Puras superaron un proceso de selección muy exigente y peculiar. “Tenemos unas becas que se llaman Activate. Invertimos en los procesos de selección porque lo hacemos con la idea de que al terminar sus prácticas se queden con nosotros”, confiesa Raquel Blasco, técnica de Gestión del Talento en Atisa.
Este año Atisa ha acogido a 39 becarios en las diferentes secciones de la empresa. Para llegar a las prácticas tuvieron que superar tres procesos. “Una dinámica virtual, otra presencial y la entrevista final. Además de las competencias, buscamos gente con flexibilidad, dinamismo, colaboración, corresponsabilidad, innovadora y organizativa. Todo esto se detecta en las pruebas. La presencial los deja muy descolocados. Tienen que construir en equipo una torre con piezas de lego y para ello cuenta con media hora de planificación. No te puedes imaginar lo que se traduce de las reacciones en esos momentos”.
Aprendizaje en tiempo real
Entrar en la sede central de Atisa es como hacerlo en cualquier sede de Silicon Valley. Además de las oficinas, los trabajadores cuentan en el sótano con un rincón para desentumecerse con futbolín incluido. Un auditorio en el que celebran reuniones corporativas, fiestas temáticas y las galas del Atiday, que no son más que las fiestas en la que los trabajadores conocen las novedades, la marcha de la empresa y en las que se entregan los premios a los mejores trabajadores de los departamentos.
Para Sergio y para Diego la de Atisa ha sido una experiencia enriquecedora, tanto como su paso por el Instituto. A punto de graduarse, Diego se queda con la relación que ha alimentado en estos dos años con los profesores. “Se adaptan a cada perfil del alumno y buscan los puntos en los que tienes que crecer más”. Sergio define esa relación como algo familiar. “En la que se trabaja el grupo y que aprendamos a trabajar juntos”.
Han sido dos años muy intensos, en unos días, cada uno cogerá su camino personal. Unos seguirán estudiando, otros se lanzarán al mercado laboral, pero, con seguridad, todos se acordarán de sus años en el Instituto Nebrija de FP.